Santa María la Ribera es una de las colonias más antiguas ubicada en el centro de la Ciudad de México. En 1858 el arquitecto Francisco Jiménez elaboró un proyecto urbano designando espacios de ocio, de recreación y de contemplación de la colonia para atraer a los residentes de estratos socioeconómicos altos. Uno de los espacios más representativos e importantes de la colonia es la Alameda Central ya que en ella se encuentra un elemento que desde un inicio jugó protagonismo en la colonia, el Kiosco Morisco. 
A finales del siglo XIX revolucionó el diseño de espacios arquitectónicos con el uso de nuevos materiales como el hierro y el vidrio. El hierro daba la posibilidad de construir una gran extensión de metros cuadrados sin apoyos intermedios y el vidrio proporciona ligereza y luminosidad. Esta revolución coincidió en las Exposiciones Universales que tenían como finalidad divulgar adelantos científicos, tecnológicos y artísticos modernos. Las fundidoras aprovecharon estas ventajas y ofrecieron no solo elementos estructurales sino también decorativos.
El kiosco morisco fue construido por el ingeniero José Ramón Ibarrola de 1884 y concluido en 1885 designado para el Pabellón de México en la Exposición Universal de 1886 en New Orleans y en la Exposición de Saint Louis en 1902. Su estructura de hierro forjado, distribuida en paneles permitía su desmontaje y por ende su traslado. A finales del siglo XX, el kiosco fue trasladado a la Ciudad de México e instalado en la Alameda Central, sobre Av. Juárez, convirtiéndose en el sitio del Sorteo Nacional de la Lotería. Años más tarde, en 1910 Porfirio Díaz mandó construir en ese mismo lugar el Monumento a Benito Juárez y a petición de los colonos de la Santa María la Ribera el Kiosco morisco fue trasladado a la Alameda de esta colonia.
La arquitectura del kiosco se asemeja a una obra de arte de estilo mudéjar tanto por el uso de materiales como son madera, yeso, hierro y vidrio; también debido a que los arcos, la cúpula y las columnas son prominentes, así como por su decoración tan detallada. El kiosco cuenta con 44 columnas en el exterior y 8 columnas en el interior, que sostienen una cúpula de cristal coronada con un águila de bronce. Dentro del kiosco se puede apreciar una geometría estrictamente detallada, la cúpula de cristal permite la luminosidad del espacio y de los propios grabados tan detallados en las columnas. Finalmente, el suelo conformado por duelas delgadas, va vislumbrando la imagen de una estrella de 8 picos. 
Dentro de los mitos que rodean al kiosco morisco se dice que este kiosco fue donado por un Sha árabe y que su arquitectura y composición tiene aspectos astrológicos y mágicos, así mismo se dijo por mucho tiempo que este kiosco fue un regalo de China a México. Más allá de los mitos, el kiosco morisco ha jugado un papel importante en la vida social y cultural como escenario urbano de la colonia Santa María la Ribera por lo que fue nombrado Monumento Artístico de la Nación por el Instituto Nacional de Antropología e Historia en 1972. 

Actualmente el kiosco presenta un grado importante de deterioro por lo que ha sido clausurado el acceso a este, así mismo ha sufrido la pérdida de una de los barandales de hierro y las duelas se encuentran inestables, por lo que no es seguro el acceso. La colonia Santa María la Ribera ha albergado a una gran diversidad de residentes al ser una de las colonias más antiguas de la ciudad, así mismo ha sufrido de cambios estructurales tanto sociales como arquitectónicos y ha albergado movimientos culturales, sociales, colectivos artísticos.  

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